Fecha:
Miércoles, 22 enero 2014 a las 09:29
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Acabo de leer un artículo firmado por D. Juan Hortizuela
que comparto al cien por cien excepto por el párrafo final (Gamonal
aparte), en el que me alude muy directamente y no para demasiado bien
precisamente: “víctimas de la venganza de un puñetero sindicalista que,
posiblemente, se sienta expulsado del paraíso”. En este país parece que
los que denuncian algo tan descarado como lo de Liberbank son igual o
más sospechosos de motivaciones ocultas que los propios sinvergüenzas
que están desvalijando los restos de las antiguas cajas de ahorro. Y de
eso nada.
Para empezar, yo no me siento expulsado de ningún paraíso, sino todo lo
contrario. Me siento expulsado del infierno en que se ha convertido el
banco para su plantilla, o sea, que estoy encantado por mí y por el
resto de los que se fueron conmigo y muy cabreado por cómo se han
quedado los demás compañeros, a merced de un animal como Menéndez y su
corte de los milagros, que son capaces de ser despedidos y contratados
en el mismo acto para poder cobrar el paro y, lo que se menciona de
pasada pero es lo más grave, para llevarse tres anualidades y media de
su indemnización sin pagar un euro a Hacienda. Para comparar con un caso
muy actual, habrían distraído a Hacienda –presuntamente por supuesto-,
bastante más dinero que la infanta. Y eso de que donarán su paro suena a
cachondeo. Será su paro si alguien dictamina que tienen derecho a
cobrarlo, mientras tanto ese dinero es del INEM. Claro que esta es de
momento la opinión de un puñetero sindicalista que actúa, posiblemente,
por venganza.
Haber salido de Liberbank justo en el último tren –en el mismo ERE que
los tres mosqueteros financieros exdirectivos de Cajastur ahora
flamantes miembros del consejo de Liberbank, pero de manera muy
distinta-, significa, para los 1.224 empleados que nos apuntamos al ERE
de 2010 y nos fuimos para casa en condiciones de los ERES “de los de
antes” -excluyo a los tres pendejos, obviamente- haber entrado en el
paraíso. No le quepa la menor duda, Sr. Hortizuela.
Eso sí, acepto encantado el calificativo de “puñetero” si ello significa
que me dedico a hacer la puñeta a esta morralla que se ha apropiado de
lo que era la mitad del sistema financiero hasta hace poco, incluyendo a
alguien más conocido de Vds. por proximidad: yo también denuncié en la
Fiscalía los pagos al Sr. López del Hierro, al que no le tengo ninguna
envidia, de verdad, ni motivo alguno para vengarme de él y de su ilustre
esposa.
Una observación final: además de los castellano-manchegos, extremeños y
asturianos, a los cántabros también nos ha tocado una buena parte de
esta desgracia. Creo que en mucha mayor proporción que lo que nos
debería haber correspondido por nuestros méritos.
Alfonso Díez Prieto
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ALFONSO DIEZ PRIETO, PREJUBILADO DE CAJA CANTABRIA, MIEMBRO DEL CONSEJO DE ADMON POR CCOO EN REPRESENTACION DEL GRUPO DE PERSONAL (EX-CONSEJERO A DIA DE HOY)
No, corras ni te precipites, compañerotraicionado, para alabar a ciertos personajes, que sobre el tema de los ex-sindicalistas hay mucha tela que cortar....Mucho que hablar. Tiempo habrá para ello.
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