jueves, 23 de enero de 2014

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Martes, 21 enero 2014

Artículo de opinión

Cara, Liberbank y Gamonal

Cuando a alguien le regalan una empresa, un banco, una corporación, un chiringuito, necesita de maniobras orquestales en la oscuridad para garantizar que aquello que la vida te da, la vida misma no te lo quite.
Hemos visto un buen número de "grandes empresarios" que estaban en cargos ejecutivos en representación del pueblo llano, y que supieron convertir en propio lo que era de todos merced a diferentes mecanismos, pero en todo caso, relacionados con la información privilegiada y la posición de dominio.

[Img #105655]Telefónica, Transmediterránea, las petroleras, las eléctricas... ¿quién se acuerda ya del INI? Recuerdo hace pocos años la portada de una revista de esas que hablan de economía y de negocios, que incluía a Juan Pedro Hernández Moltó en la lista de grandes empresarios hispanos, y recuerdo que pregunté a mis compañeros, con cara de inocente: ¿Empresario? ¿Qué dinero, que mérito, qué propiedad acreditaba alguien que, por muy capaz e inteligente que fuera, estaba ahí al frente de CCM en representación del pueblo llano, y por designación de un partido político?

Si Juan Pedro Hernández Moltó hubiera mantenido el timón en la CCM, y hubiera podido dirigir la nave en medio de la crisis para llegar al puerto de la privatización, ahora sería propietario de un banco privado, después de haberse hecho, vaya usted a saber cómo, con un buen paquete de acciones fruto del proceso de saneamiento puesto en marcha por el Banco de España... No lo logró, y quien sí tiene ahora los activos de CCM, en calidad de presidente de un banco privado, es Menéndez. Otro que estaba ahí por designación de los partidos políticos y con una acreditada habilidad para la maniobra malsana.

Pero como para ser gran empresario hay que arriesgar, generar fondos propios, invertirlos con coraje, sabiduría y suerte, y eso no suele ser algo que propicien las sombras palaciegas ni las trastiendas de la corrupción y la política, Menéndez debe garantizarse el sostenimiento del poder mediante decisiones cuanto menos cuestionables, que van desde propiciar la contratación de los servicios de asesoría de uno de los que estaban en la pomada de la corporación CCM por su señora, a elevar al consejo de administración a dos parados de Cajastur, prejubilados, que sin vergüenza alguna cobran indemnización, paro y dietas con muchos ceros si hablamos en las antiguas pesetas... ¿qué no sabrán estos pájaros del resto del personal como para no marcharse del país abochornados e insultar a los ciudadanos asturianos, extremeños, castellano-manchegos, diciendo que donarán su paro a la Obra Social? 

En un país sin dignidad los sinvergüenzas sacan pecho... porque saben que su riqueza depende de otros sinvergüenzas que sacan más pecho todavía. Pero en fin, Menéndez no solo no dará explicaciones, sino que estoy seguro, habrá mostrado su solidaridad con los tres afectados, víctimas de la venganza de un puñetero sindicalista que, posiblemente, se sienta expulsado del paraíso.

Gamonal es una broma, hombre.

Firmado: Juan Hortizuela
 

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